Entre los hipocampos o caballitos de mar el que lleva el embarazo es el padre
La madre se limita a depositar sus huevos en un minúsculo orificio de la bolsa incubadora que el macho tiene en la parte delantera de la cola y luego se alejará para siempre. El macho fecundará los huevos y los incubará por un período de dos meses.
A medida que los embriones se desarrollan la bolsa incubadora se agranda dándole al macho un tierno aspecto de embarazado.
Cuando llega el momento del parto el cuerpo del padre es presa de movimientos convulsivos y se contrae de manera intermitente.
Mediante flexiones y enderezamientos sucesivos el caballito de mar comienza a expulsar las crías en forma aislada o grupal. Durante el parto que dura varias horas y se parece mucho a un alumbramiento verán la luz varias docenas de crías.
Terminado el parto el padre abandona a sus hijos a su suerte no sin antes devorarse a algunos de ellos que queden a su alcance.
Si los padres entendieran todo el dolor y sufrimiento que una mujer experimenta no solo antes del parto, sino en el parto y después del parto criando y cuidado hijos, el hombre sería más tierno, comprensivo y un tremendo ayudante en el largo proceso de maternidad.
Muchos son los hombres que creen que por llevar dinero a la casa para el alimento de los hijos eso ya es suficiente. No, la familia se extiende más alla de simplemente un plato de comida. Los caballitos de mar luego de estar embarazados se comen a los hijos que el mismo da luz. Muchos esposos no solo no se imaginan el duro trabajo del embarazo sino que luego destruyen la vida de sus hijos con su mal ejemplo y conducta.