En la India los niños que trabajan en la seda son esclavos que empiezan a trabajar a los 5 años para ganar 10 rupias, y meten sus manos en agua hirviendo para apreciar a través del tacto si los finos hilos se han reblandecido lo suficiente para ser devanados. No les dejan usar tenedores, sufriendo quemaduras y ampollas; sin apenas respirar oxigeno del hacinamiento y la mala ventilación de sus zulos. Que me expliquen, ¿por qué hay empresarios que utilizan mano de obra infantil? ¿Por qué no se les procura un médico cuando enferman? El Banco Mundial niega que sea cómplice de estas infamias, pero ¿acaso las desconoce?
En Latinoamérica la industria de la minería y los lavaderos de oro se enriquecen con el esfuerzo de miles de niños de 5 a 17 años, a quiénes pagan 3 euros al día. Las penosas jornadas son escalofriantes torturas sobre infantes que apenas ven la luz y mueren por agotamiento. Que me expliquen, ¿para cuándo esta reunión de países contra la violencia y el maltrato infantil?
El sur de Asia presenta los peores índices de explotación laboral con más de 100 millones de menores, donde los niños trabajan jornadas de 12 y 13 horas ganando entre 15 y 20 euros al mes, diez veces menos que un adulto. Niños que son licenciados en supervivencia, que manipulan productos químicos, maquinaria altamente peligrosa, que trabajan en el servicio doméstico no renumerado y ejercen la prostitución cuando no participan en servicios armados. Que me expliquen, ¿por qué se toleran las torturas y se marcan a los niños como al ganado? ¿Sólo por el podrido oro?
Que alguien me lo explique, porque sigo sin entenderlo